Esta
película tiene una gran importancia historia, pues es considerada por muchos la
primera película de terror de la historia del cine, y supone uno de los puntos
de partida del Expresionismo Alemán Cinematográfico.
Se considera
pues, la obra maestra del expresionismo, surgida como una reacción contra los
impulsos bélicos durante los años de posguerra.
El expresionismo fue un
movimiento que cuestionaba la exactitud del naturalismo y proclamaba la
libertad de manifestar lo que el artista siente en su interior. Así, el Doctor
Caligari, plasma casi todos los aspectos de este movimiento.
En la película encontramos un elemento muy importante del
cine alemán: la figura del monstruo. El miedo a lo desconocido es una
herramienta que se emplea para agudizar el dramatismo de la historia. El
monstruo es representado de forma inmaterial, indefinida, bien por una sombra
proyectada en la pared o bien mediante una cámara subjetiva que representa el
punto de vista propio de la bestia.
Una de las características principales van a ser los contrastes
de luz y sombra, y sobre todo, el tratamiento de historias donde se refleja el
lado oscuro del ser humano (lo sobrenatural, la locura, lo monstruoso). Estos
aspectos fueron las características primordiales de casi todas las películas de
esta época, los años 20.
Es una obra muda, en
la que el audio es trabajado de
manera completamente independiente del video. Era necesario entonces,
enriquecer la expresión de los personajes, así como la riqueza formal de la
escenografía.
Son escenarios con formas extrañas y propias del movimiento
impresionista, de una geometría y perspectivas imposibles, que sensación de
misterio.
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